Mauricio Builes es un maestro de periodismo de la Universidad EAFIT que conminó a sus estudiantes a mostrar el lado B de la historia que muestra a Pablo Escobar como un “héroe” de las comunas de Medellín y de los más pobres.

Mientras varios planes turísticos se lucran y enriquecen mostrando los lugares donde el narcotraficante realizó sus operaciones y gozó su vida, las víctimas de sus atentados y masacres siguen en la sombra esperando a ser escuchadas y exigiendo justicia.  A esa minoría está dedicada la página web ‘Narcotour’: el lado B de las historias del narcotráfico y Pablo Escobar, un espacio que describe cómo la barbarie del extinto narco le cambió la cara para siempre a la capital de Antioquia y muchos de los sobrevivientes apenas comienzan a relatar lo que les sucedió.

“Después de muerto, Pablo Escobar ocupa tantos titulares como en vida. La obsesión por el jefe del Cartel de Medellín es extensiva: los políticos hacen campaña con su nombre, empresarios del turismo y la televisión hacen negocios con su legado y sus matones reclaman como propias las proezas criminales del capo. Pero pocas veces escuchamos a sus víctimas. Nadie les pregunta qué pasó con sus vidas”, describen los estudiantes en el portal. 

El diario El País de España le dedicó incluso un artículo noticioso en el que explica que en Colombia hay hasta toures  en los que el guía es John Jairo Velásquez, alias Popeye, de quien “se dice que mató a al menos 300 personas por orden de su patrón (Pablo Escobar)”. 

Para el profesor Builes “Pablo se ha quedado para muchos como ese héroe que regaló casas y que luchó solo contra el Estado, pero poco se ha reflexionado sobre los valores que trastocó y de una cultura narco que dejó instaurada y que ha hecho mucho daño”.

Para hacer la página, los estudiantes recorrieron 23 lugares de Bogotá y Medellín donde se ofrecen planes turísticos cuyo principal atractivo es la memoria de Pablo Escobar. 

“Evidenciaron que en ninguno se hace homenaje a las víctimas y solo la casa en donde murió Escobar y en donde ahora es un instituto de español mantiene alguna señal de lo que allí pasó. Dos orificios de bala lo recuerdan. El barrio que lleva su nombre está casi intacto. No es el único, en el barrio Antioquia, en donde Escobar llegó a finales de los años setenta, siguen hablando de él”, indica El País. 

Ahora, Builes y sus alumnos esperan generar conciencia sobre la historia que se esconde detrás de los sitios que muchos escogen para visitar y enriquecer a terceros que no vivieron el horror de la guerra. Próximamente el periodista planea crear una aplicación para que quienes llegan a estos puntos accedan a ella y conozcan la otra cara del ‘narcotour’ y las excursiones que endiosan a Pablo Escobar.